El continente europeo ya cuenta con su primer ordenador
exaescala. Se llama JUPITER, está ubicado en el Centro de Supercomputación de
Jülich (Alemania) y ocupa un espacio similar al de cuatro pistas de tenis. Con
su puesta en marcha, Europa entra en la élite mundial de la computación
avanzada, junto a Estados Unidos y China.
Este gigante tecnológico no solo se distingue por ser el
más potente de Europa y el cuarto del planeta, sino también por abrir nuevas
posibilidades en campos clave como la predicción climática, la investigación
biomédica y el desarrollo de inteligencias artificiales de nueva generación.
¿Qué
es JUPITER?
El nombre corresponde a las siglas de Joint Undertaking
Pioneer for Innovative and Transformative Exascale Research. Se trata del
primer sistema europeo capaz de superar la barrera de la exaescala, lo que
significa que puede ejecutar un quintillón de operaciones por segundo. Para
ponerlo en contexto: a una persona le llevaría más de 30.000 millones de años
hacer lo mismo.
El proyecto, con una inversión de 500 millones de euros
financiados entre la UE y el Gobierno alemán, forma parte del programa EuroHPC,
que busca reforzar la soberanía digital del continente con infraestructuras
propias de supercomputación.
Ubicación
estratégica
El superordenador se encuentra en Renania del
Norte-Westfalia, dentro de un campus de investigación con gran tradición en
computación de alto rendimiento. Su construcción ha estado a cargo de Eviden
(Grupo Atos) y ParTec, con la colaboración de socios tecnológicos como NVIDIA y
SiPearl.
Su diseño modular permitirá que JUPITER se actualice y
amplíe en el futuro sin necesidad de levantar un centro nuevo.
Un
coloso tecnológico
JUPITER impresiona no solo por su potencia, sino también
por sus dimensiones. Requiere más de 260 kilómetros de cableado y es capaz de
mover más de 2.000 terabytes por segundo, el equivalente a descargar 11.800
Wikipedias completas en un instante.
En su interior alberga 24.000 superchips NVIDIA GH200
Grace Hopper, conectados con la red NVIDIA Quantum-2 InfiniBand, además de un
módulo con procesadores europeos SiPearl Rhea1. Esta combinación le permite
afrontar cálculos masivos en paralelo, lo que lo convierte en una herramienta
idónea para entrenar modelos de IA o realizar simulaciones científicas
extremadamente complejas.
Potencia
y sostenibilidad
Otro aspecto que lo hace único es su eficiencia
energética. Funciona con un sistema de refrigeración líquida directa, que no
solo reduce el consumo eléctrico, sino que reutiliza el calor sobrante para
climatizar edificios cercanos.
Gracias a esta innovación, su módulo JEDI se ha colocado
en el primer puesto del ranking Green500, que premia a los superordenadores más
sostenibles del mundo.
Usos
previstos
La lista de aplicaciones es amplia:
En meteorología, permitirá modelos más precisos de
fenómenos extremos y del cambio climático.
En biomedicina, ayudará a recrear redes neuronales del
cerebro humano y a desarrollar “gemelos digitales” de órganos como el corazón.
En inteligencia artificial, impulsará proyectos europeos
como OpenGPT-X, un modelo multilingüe que aspira a competir con sistemas de
OpenAI o Google.
También servirá para validar algoritmos cuánticos,
diseñar nuevos materiales y acelerar la transición energética.
Un
recurso compartido
Aunque está instalado en Alemania, JUPITER pertenece a la
red EuroHPC, lo que significa que estará al servicio de investigadores y
empresas de todo el continente. Más de un centenar de proyectos ya han sido
seleccionados para beneficiarse de su capacidad de cálculo en los próximos
meses.
Con todo ello, JUPITER se convierte en mucho más que un
superordenador: es una apuesta estratégica que refuerza la autonomía
tecnológica de Europa y abre la puerta a avances científicos sin precedentes.