PROVINCIA DE
SALAMANCA
Etapa 42: La Fregeneda
– Vega Terrón
El
final del camino español
La última etapa de la Senda del Duero por territorio
español discurre entre la población de La Fregeneda y el muelle fluvial de Vega
Terrón, emplazado en la desembocadura del Río Águeda con el Río Duero. El
camino se adapta a la orografía de la penillanura y desciende hasta el cauce
del Río Duero. Mientras, el viajero podrá disfrutar de la sorprendente belleza
de los cuidados campos lusos, cultivados sobre los cortados del arribe.
Itinerario
La Fregeneda – Muelle fluvial de Vega Terrón
Recorrido
De La Fregeneda al muelle fluvial de Vega Terrón | 9 Km.
– 2 h. 30 min.
Situado en una zona de paso fronterizo, La Fregeneda, con
sus aires de estilo colonial, es el pueblo más occidental de la provincia de
Salamanca. En sus calles la localidad aún atesora un rico patrimonio: las casas
nobles del siglo XVI. También resulta de interés la Iglesia de San Marcos
Evangelista en cuyo interior se conserva un bello retablo de estilo
churrigueresco. Pero, actualmente este rico patrimonio heredado está vinculado
a las almendras, al aceite y al ganado ovino.
Los
arribes del Río Agueda
La Fuente romana de Pozabajo es el punto de partida de
esta etapa que une la población de La Fregeneda con el muelle fluvial de Vega
Terrón junto al Río Duero y la frontera con Portugal. El trazado discurre,
entre olivos centenarios, por un ancho camino agrícola hasta la Cruz de Canto.
Esta es una de las tres cruces donde se bendicen los campos el día 25 de abril,
San Marcos, rotando la hoja que toca sembrar ese año.
La Senda del Duero toma el camino de la derecha y
continúa por la Calzada Vieja, entre el Val de los Álamos y el Tresviñal. Es un
paraje ondulado, típico de la penillanura. Como resultado el trazado se acomoda
al relieve para sortear las vaguadas existentes. Extensas praderías, tapizadas
de flores durante la primavera, permiten al viajero disfrutar de un vasto
horizonte sobre el que se recortan los Arribes del Río Águeda.
Después, el camino se introduce en un bonito callejo
flanqueado por muros de piedra y encinas (Quercus ilex). Durante la primavera
el matorral proporciona al paisaje una gama de colores tan variada como
diversas son las tonalidades de sus múltiples flores, y perfuma el aire con
sutiles fragancias. Tras un suave descenso, el sendero enlaza con la carretera
C-517 La Fregeneda – Vega Terrón.
La
línea férrea Salamanca – Oporto
El pueblo fronterizo de La Fregeneda es uno de los pueblos
de unión de España con el vecino Portugal. Su puerto fluvial, aún navegable, ha
hecho históricamente del Duero una vía de comunicación continua entre ambos
países. Al igual que lo fue en su día la línea de ferrocarril Salamanca –
Oporto, inaugurada en 1887. Actualmente está cerrada pero, el tramo entre
Hinojosa de Duero y Portugal ha sido declarado Bien de Interés Cultural con
objeto de poner en valor el paisaje de los arribes del Río Águeda. De hecho,
recorrer sus 20 túneles y 10 puentes es una buena forma de conocer el paisaje
arribeño, de impresionante belleza.
Los
arribes del Río Duero
Después de recorrer un corto trecho por la calzada, la
Senda del Duero toma el primer desvío hacia la derecha. Seguidamente se interna
por el camino que conduce a la Hacienda de Valicobo, una bonita heredad que
guarda una estrecha semejanza con las quintas de la margen derecha del Río
Duero. Al sur quedan los arribes del Río Águeda. Hacia el norte se descubren
con cada paso los detalles de los arribes del Duero donde afluye por la orilla
portuguesa la Foz do Mosteiro. A la derecha de este barranco surge la inmensa
mole de Penedo Durao, el gran mirador portugués sobre los arribes salmantinos.
El paraje, dominado por los olivos, las encinas, los
almendros (Prunus dulcis) y por algunos bosquetes de enebros (Juniperus
oxycedrus), es el entorno ideal para que los zorzales (Turdus philomelos), los
petirrojos (Erithacus rubecula), y las currucas cabecinegras (Sylvia
melanocephala) encuentren un hábitat idóneo para vivir.
La Senda del Duero alcanza la verja que delimita la
Quinta de Valicobo y tras cruzarla por una portera, el camino realiza una
fuerte revuelta y desciende hasta el villorrio por una cómoda calzada
empedrada. Durante el descenso, las vistas sobre el Río Duero son absolutamente
grandiosas.
Al llegar a la ermita de la Quinta de Valicobo, una
bonita capilla encalada construida imitando el estilo colonial, el trazado toma
el antiguo camino de servicio que permite el acceso en coche a la heredad desde
la carretera C-517 La Fregeneda – Vega Terrón.
La
recompensa final
Tras recorrer unos metros, el trazado abandona el asfalto
y toma una vereda que sale a su derecha. Después, la ruta avanza por un lugar
que pareciera extraído de una fábula: Las fincas bien aradas y gradeadas están
llenas de olivos y de almendros, con encinas rodeadas de jaras de flor rosa,
madroños y olivillas. El camino, delimitado por grandes lanchas de pizarra
hincadas sobre el suelo, discurre entre los helechos, el rusco y la madreselva,
hasta el muelle fluvial de Vega Terrón. En realidad, este corto tramo final le
resultará al viajero el más bello y emocionante de todo el recorrido. No en
vano, el viajero ha llegado al término de la Senda del Duero después de caminar
más de 750 kilómetros y atravesar algunos de los parajes más bellos de Europa
La Senda del Duero, al igual que el río, está llena de vida y de continuos cambios. Ciertamente, podemos recorrerla repetidamente y siempre será distinta. No obstante, querido viajero, te aseguramos que todos los paisajes que hemos recorrido son mucho más hermosos al natural que como están descritos en esta guía. ¡Anímate a descubrirlos!