Explorando la Semana Santa
en Zamora a través de sus Cofradías: Una Travesía de Devoción y Tradición
En las estrechas calles
empedradas y plazas adoquinadas de Zamora, una ciudad que respira historia en
cada rincón, la llegada de la Semana Santa despierta un fervor religioso y
cultural que ha perdurado a lo largo de los siglos. En este período, las calles
se llenan de una atmósfera especial, impregnada de solemnidad y devoción, donde
las antiguas tradiciones cobran vida a través de las procesiones y rituales
llevados a cabo por las veneradas cofradías.
Cada una de estas cofradías,
con sus propias historias y rituales arraigados en la tradición religiosa y
cultural de Zamora, desempeña un papel fundamental en la celebración de la
Semana Santa. Desde los impresionantes pasos procesionales hasta las melodías
de los tambores y cornetas que resuenan en las estrechas callejuelas, cada
detalle de estas celebraciones está impregnado de significado y simbolismo.
En este viaje de
exploración, nos sumergiremos en el corazón de la Semana Santa zamorana,
descubriendo la historia y el legado de cada una de las cofradías que dan vida
a esta celebración única. Desde las solemnidades de la Cofradía de Jesús
Nazareno hasta la elegancia de la Cofradía del Santísimo Cristo de la Buena
Muerte, pasando por la devoción de la Cofradía de la Vera Cruz, cada hermandad
nos ofrece una ventana a la rica tradición religiosa y cultural de Zamora.
Acompáñanos en este viaje de
descubrimiento mientras exploramos las profundidades de la Semana Santa en
Zamora a través de las historias, rituales y tradiciones de sus veneradas
cofradías.
Iniciamos nuestro recorrido
adentrándonos en el alma de la Semana Santa zamorana, un lugar donde convergen
la devoción, la tradición y la historia. Este espacio, donde se agrupan la mayoría
de los pasos que dan vida a nuestras procesiones, es mucho más que un simple
punto de encuentro; es el corazón latente de nuestra celebración religiosa más
emblemática.
Aquí, entre los muros
centenarios y las estrechas callejuelas empedradas, nos referimos a La Junta
Pro Semana Santa de Zamora y su Museo de Semana Santa, (hoy en obras, durante no sabemos cuánto tiempo, para su ampliación).
Es en este enclave donde palpita la esencia misma de nuestra celebración, donde
se teje la intrincada red de devoción y compromiso que une a nuestra comunidad
en torno a la conmemoración de la Pasión y Resurrección de Cristo.
La
historia de la Junta Pro Semana Santa, como organismo
aglutinador de los intereses de las diversas Cofradías comienza el 22 de
Abril de 1.897 con el nacimiento de la primera Junta de Fomento de la
Semana Santa. La idea fue impulsada por el entonces alcalde de la
ciudad Ursicino Álvarez, a la postre primer presidente de la misma, y un
grupo de cofrades pertenecientes a las diversas cofradías existentes.
Una vez formada, la Junta
promovería entre otras medidas, un homenaje al imaginero Ramón
Alvarez o impulsar la creación de nuevos grupos escultóricos como “El
Prendimiento” de Torija o “La Elevación de la Cruz”.
Durante esta primera etapa
que se prolonga hasta 1.901 se mantiene una notable actividad en la
incorporación de nuevos pasos a las hermandades. La Cofradía del Santo Entierro
encarga en el año 1.900 a José María Garrós, el paso de la Conducción al
Sepulcro, y la Congregación solicita al mismo autor la realización del grupo de
“La Desnudez”
Tras esta primera etapa
repleta de nuevas iniciativas, el 17 de Abril de 1.901 encontramos la
última referencia de la Junta Permanente. Es el Ayuntamiento quien asume
algunas de sus funciones, como la de la contratación de las bandas pero se
produce un alarmante declive de la Semana Santa fundamentado en el descenso del
número de hermanos que pone en peligro la organización de los desfiles.
En 1.917 se produce un nuevo
intento de recreación de la Junta impulsado por el obispo de la Diócesis, Don
Antonio Álvaro y Ballano, que promueve la captación de nuevos hermanos como
principal objetivo. Sin embargo esta iniciativa fracasa nuevamente y no es
hasta 1.924 cuando nos encontramos con un verdadero proyecto de dinamización
de la Semana Santa. La nueva Junta de Fomento, la preside el entonces
presidente del Santo Entierro Ramiro de la Horna. En este periodo que se
prolongará hasta 1931, se retoma el desfile del Cristo de las Injurias,
creándose la Cofradía del Silencio, se produce la reorganización de la cofradía
de Nuestra Madre, se consigue un aumento considerable del número de hermanos y
se encargan a Ramón Núñez los pasos de “La Sentencia” y “El retorno del
Sepulcro”
En 1.931 la Junta cesa de
nuevo en su actividad en un periodo de cambios políticos que afectarán muy
directamente a la Semana Santa. En 1.932 la Federación de Cofradías acuerda
sacar las procesiones a la calle, con la excepción de Nuestra Madre. Repetirán
en 1.933 y no saldrán en 1.934 y 1.936. El año 1.935 es un año singular ya que
se produce por primera vez el Juramento del Silencio y el popular baile
del Cinco de Copas.
Los años de guerra Civil y
sobre todo, los que suceden a estos son de auténtico auge de la Semana Santa,
favorecidos por el contexto político de aquel momento. La Federación de
Cofradías enclavada en un entramado de comisiones que agrupaban todas las
celebraciones populares y festivas, se independiza como Junta a favor de
la Semana Santa y promueve la creación de las Cofradías de la Tercera
Caída, Vía Crucis y Jesús Yacente. Se aprueba también el encargo de dos nuevos
pasos: “La Borriquita” para la reorganizada cofradía de Jesús en su Entrada
Triunfal en Jerusalén y “La Santa Cena” para la Vera Cruz.
En el periodo que comprende
estos años de posguerra hasta 1.956 en que se crea la Hermandad de Penitencia,
se produce una gran rotación de presidentes y se instaura el acto
del Pregón de Semana Santa como un acontecimiento periódico que se
prolonga hasta nuestros días.
En el año 1.956 es elegido
presidente Marcelino Pertejo Seseña, cuyo mandato se prolongará hasta
1984. En este periodo se produce la creación de tres nuevas hermandades a pesar
de la crisis de los valores religiosos que prevalecían en el concierto nacional
e internacional. Las hermandades de “Las Siete Palabras”, “Buena Muerte” y
“Espíritu Santo” completaban el panorama de la Semana de Pasión zamorana, con
un estética austera y novedosa. En esta época se consigue realizar una de las
aspiraciones de la Semana Santa de Zamora: El Museo de Semana
Santa abre sus puertas en 1.964.
El relevo en el mandato de
Marcelino Pertejo, con Eduardo Pedrero coincidirá con una época de
auge en la que la celebración es nombrada de Interés Turístico Nacional en
el 80 e Internacional en 1.986. El nuevo impulso reactiva la entrada de nuevos
hermanos y las cofradías reforman los pasos para su puesta a hombros. En 1.984
se celebra en Zamora el I Congreso Internacional de Cofradías y en 1.997 Sus
Majestades los Reyes de España acuden a la ciudad en la celebración del I
Centenario de la creación de la Junta Pro Semana Santa.
En 1.997 Dionisio Alba
Álvarez se hace cargo de la presidencia de la Junta. Durante su mandato
toma cuerpo la creación del Pórtico Musical de Semana Santa, y se celebra en
Madrid la Exposición “Tiempo de Pasión”, con algunos de los pasos
más representativos de nuestra Semana Santa.
En el año 2.005 le
sucede en el cargo Pedro Julián Hernández, cuyo mandato llegará hasta el
año 2.010 en que Francisco González Poza le sustituye en el
cargo.
En el año 2.012 le
sucede en la presidencia Antonio Martín Alén, tras una Comisión
Gestora, mandato que durará hasta el año 2016.
Ya en 2.016 la presidencia recae en Isabel García Prieto, mandato que dura hasta la actualidad.